Neuropsicología

Definición

La neuropsicología es la rama de las neurociencias que estudia las relaciones entre conducta y cerebro, en sujetos sanos y en aquellos que presentan disfunciones y/o lesiones.

La neuropsicología se centra en procesos cognitivos superiores (atención, memoria y funciones ejecutivas), es decir, en procesos subyacentes a la consolidación de áreas de asociación de la corteza cerebral. Pero también tiene en cuenta estructuras subcorticales (diencéfalo, sustancia blanca, cerebelo y ganglios basales), muy implicadas en aspectos tan importantes como la percepción, el equilibrio, la planificación motora o la comunicación interhemisférica. 

El cerebro infantil, es un cerebro en desarrollo y se caracteriza por una mayor capacidad de recuperación y reorganización neurológica y funcional. Sin embargo es más vulnerable a las influencias del entorno, que lo hacen más sensible a cualquier alteración. Por ello es de vital importancia que el proceso madurativo del sistema nervioso vaya acompañado de experiencias que estimulen los sentidos y el movimiento a través de las cuales el niño consigue aprender.

Cada niño marca su propio ritmo de desarrollo y éste viene determinado por el grado de organización de su sistema nervioso. Por ejemplo, cuando el niño inicia el gateo está consiguiendo que sus hemisferios cerebrales se comuniquen. Su cerebro comienza a crear vías neuronales de intercambio de información necesarias para conseguir  desarrollar su equilibrio, coordinación, laterización, convergencia de los ojos y posteriormente lograr la generación de las diferentes funciones cognitivas de nivel superior.

Neuropsicología

Áreas de intervención en neuropsicología

La neuropsicología infantil, estudia la conducta del niño a través de su cerebro. Conocer el grado de maduración cerebral y el funcionamiento del sistema nervioso, tanto en niños sanos, como en niños que presentan disfunciones o daño cerebral es fundamental para realizar una intervención neuropsicológica adecuada y eficaz. La neuropsicología tiene como objetivo evaluar, prevenir, potenciar los procesos mentales normales, y compensar  dentro del ámbito educativo las causas presentes en trastornos del tipo TDA-TDAH, Trastorno específico del lenguaje, Dislexia, Trastorno generalizado del desarrollo, Retraso neuromotor, permitiendo una intervención más concreta y más efectiva.

Los trastornos y disfunciones más frecuentes que nos encontramos en neuropsicología pediátrica son:

  1. Trastornos de los procesos cognitivos: atención, memoria, razonamiento y funciones ejecutivas (memoria operativa, planificación, inhibición, flexibilidad, toma de decisiones).
  2. Dificultades neuropsicológicas del aprendizaje: dislexia, trastornos de la escritura (digrafía, disortografía), discalcúlia  y orientación espacial, concepto izquierda/derecha, esquema corporal, dificultades de organización perceptiva.
  3. Trastornos del lenguaje que afectan a la comprensión, expresión y articulación del mismo.
  4. Trastornos psicomotores: presencia de tono muscular alterado (hipo/híper), dispraxia del desarrollo, trastornos de la motricidad fina y gruesa, dificultades en el equilibrio y coordinación corporal, dificultades en la planificación motora. 
  5. Trastorno por déficit de atención con o sin hiperactividad TDA-H.
  6. Síndromes neuropsicológicos producidos por patología cerebral tales como: accidente cerebro vascular (ACV), traumatismo craneoencefálico (TCE), tumores, infecciones del sistema nervioso, enfermedades metabólicas, enfermedades neurodegenerativas, epilepsia o enfermedades desmielinizantes.
  7. Trastornos emocionales y de conducta asociados a disfunciones neuropsicológicas.
  8. Síndromes  clínicos causados por  cromosopatías o endocrinopatías. 
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¿Cuándo acudir a consulta?  Factores de riesgo observables en niños

  1. Alteraciones durante el embarazo (emocionales, infecciosas, etc.).
  2. Parto prematuro, traumático o con sufrimiento fetal y/o alteraciones perinatales.
  3. Bajo peso al nacer .
  4. APGAR bajo .
  5. Retraso madurativo.
  6. Retraso en la comprensión y estructuración del lenguaje. Deficiente conciencia fonológica.
  7. Existencia  de antecedentes familiares de trastornos relacionados con disfunciones tales como: dislexia, trastornos del lenguaje, trastorno por déficit de atención, etc.
  8. Alteraciones en capacidades cognitivas: memoria, atención, planificación, flexibilidad, razonamiento, cálculo.
  9. Dificultades en la adquisición de los aprendizajes.
  10. Rendimiento irregular en las distintas áreas del currículum escolar.
  11. Lateralidad no definida o inmadura.
  12. Frecuentes problemas emocionales y de conducta.
 Definición/Introducción    La neuropsicología es la rama de las neurociencias que estudia las relaciones entre conducta y cerebro, en sujetos sanos y en aquellos que presentan disfunciones y/o lesiones.  La neuropsicología se centra en procesos cognitivos superiores, (atención, memoria y funciones ejecutivas), es decir, en procesos subyacentes a la consolidación de áreas de asociación de la corteza cerebral. Pero también tiene en cuenta estructuras subcorticales, (diencéfalo, sustancia blanca, cerebelo y ganglios basales), muy implicadas en aspectos tan importantes como la percepción, el equilibrio, la planificación motora o la comunicación interhemisférica.                El cerebro infantil, es un cerebro en desarrollo y se caracteriza por una mayor capacidad de recuperación y reorganización neurológica y funcional. Sin embargo es más vulnerable a las influencias del entorno, que lo hacen más sensible a cualquier alteración. Por ello es de vital importancia que el proceso madurativo del sistema nervioso vaya acompañado de experiencias que estimulen los sentidos y el movimiento a través de las cuales el niño consigue aprender.  Cada niño marca su propio ritmo de desarrollo y este viene marcado por el grado de organización de su sistema nervioso. Por ejemplo, cuando el niño inicia el gateo está consiguiendo que sus hemisferios cerebrales se comuniquen. Su cerebro comienza a crear vías neuronales de intercambio de información necesarias para conseguir  desarrollar su equilibrio, coordinación, laterización, convergencia de los ojos y posteriormente lograr la generación de las diferentes funciones cognitivas de nivel superior.   ÁREAS DE INTERVENCIÓN EN NEUROPSICOLOGÍA   La neuropsicología infantil, estudia la conducta del niño a través de su cerebro. Conocer el grado de maduración cerebral y el funcionamiento del sistema nervioso, tanto en niños sanos, como en niños que presentan disfunciones o daño cerebral es fundamental para realizar una intervención neuropsicológica adecuada y eficaz. La neuropsicología tiene

Perfil neuropsicológico en TDA-H

Los lóbulos frontales, en concreto la porción anterior (cortex prefrontal), está estrechamente relacionado con la capacidad del cerebro para autorregularse y responder correctamente ante situaciones novedosas. Nos permite adaptarnos a las demandas de nuestro entorno inmediato de manera funcional. 

Los lóbulos frontales intervienen en los procesos de activación-inhibición que están en la base de la atención voluntaria y la regulación del comportamiento motor. 

El área prefrontal es la responsable del desarrollo y control de las funciones ejecutivas, del ser humano, funciones nucleares necesarias para un óptimo desarrollo mental. Entendemos por función ejecutiva, el control atencional, la inhibición, la memoria de trabajo, la monitorización, la planificación y la flexibilidad cognitiva.

Los niños con TDA –H, presentan dificultades para inhibir respuestas (dejar de decir o hacer una determinada tarea, dejar de decir algo, permanecer en un lugar concreto, etc.). Responden con la misma intensidad ante estímulos que son relevantes como a los que no lo son, lo cual impide el autocontrol y la planificación de conductas dirigidas a metas propias del aprendizaje.

Los niños sin problemas de inhibición, tienen una conducta más regulada por la información interna que generan, son capaces de representar y ejecutar planes de acción, estrategias de organización y planificación, crear y aplicar autoinstrucciones, etc. Sin embargo en los niños con dificultades en el control y mantenimiento de la atención y por tanto en la regulación e inhibición de su propio comportamiento, aparecen una serie de características comunes que interfieren en la asimilación y consolidación de los aprendizajes. Aun teniendo una capacidad intelectual normal e incluso por encima de la media, aparecen situaciones de bajo rendimiento académico y fracaso escolar.

Los niños con TDA-H muestran un perfil neuropsicológico similar con características comunes subyacentes a la presencia de dificultades en el control de la atención focalizada, sostenida, selectiva y en los procesos ejecutivos.

Signos de alerta

  • Procesos Ejecutivos disfuncionales. Dificultades de organización y planificación en las tareas y falta de control atencional. No termina los trabajos en el colegio y los deberes en casa. Pierde el interés por las tareas que requieren esfuerzo mental.
  • Falta de atención hacia los detalles. Comete errores por perder la concentración. Se pierde en las explicaciones y en las instrucciones verbales. Dificultad para llevar a cabo órdenes múltiples de los adultos.
  • Pierde los materiales escolares y/o se olvida de lo que necesita al día siguiente, no entrega los trabajos realizados en la fecha que pide el profesor, le cuesta apuntar los deberes en la agenda, etc.
  • Dificultad para escuchar, mantener el contacto ocular cuando nos dirigimos a él o cuando él se dirige a otras personas.
  • Dificultad para inhibir o frenar los impulsos. Dice lo que piensa, sin medir las consecuencias. Deja escapar las contestaciones cuando no se le pregunta, interfiere en los juegos de otros niños.
  • Dificultad en regular el nivel de actividad. Es inquieto o se agita. Deja su asiento y corre o se mueve de manera excesiva. Parece que siempre tiene que estar haciendo algo.
  • Impaciencia. Le cuesta respetar el turno de palabra, habla por encima de la conversación, interrumpe con frecuencia. Habla demasiado y tiene dificultad para jugar tranquilo.
  • Síntomas asociados. Existe una mayor probabilidad de que estos niños experimenten, baja autoestima, baja tolerancia a la frustración, inseguridad, inestabilidad emocional, irritabilidad, sensación de fracaso y búsqueda de sensaciones.  
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Perfil neuropsicológico en TGD

Los trastornos generalizados del desarrollo, también denominados trastornos del espectro autista, son patologías que afectan al desarrollo del niño de manera global incidiendo en áreas específicas pero con un patrón de afectación muy heterogéneo.   

Cuando hacemos referencia al Autismo las tres áreas problemáticas destacadas son: la capacidad de comunicación, las dificultades en las relaciones interpersonales y los intereses restringidos y estereotipias.

Los niños TGD perciben de diferente forma el mundo que les rodea y tienen alterado el comportamiento social y comunicativo.  Algunos de los principales síntomas del autismo están relacionados con las funciones ejecutivas. Por ello La Neuropsicología infantil ofrece una perspectiva de intervención en niños TGD, que tendrá en cuenta las diferencias individuales y de este modo, poder establecer nuevas estrategias terapéuticas de intervención.

Debido a la complejidad de los trastornos generalizados del desarrollo y a las grandes diferencias que existen entre unos niños y otros con un diagnóstico similar, establecer un perfil neuropsicológico unitario es una tarea muy compleja, por ello siempre a de realizarse una valoración personalizada e individual estableciendo los objetivos de trabajo de manera particular.

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Funciones ejecutivas y TGD

El TGD puede ir asociado a retraso mental, capacidad cognitiva dentro de la normalidad o incluso presentar niveles de rendimiento intelectual por encima de la media. El nivel cognitivo de cada individuo es un factor clave para conseguir minimizar en gran medida los déficits que presentan los niños con este tipo de trastornos.

Dentro de las funciones cognitivas o mentales superiores, encontramos las funciones ejecutivas que se definen como la capacidad que tenemos las personas para organizar nuestras interacciones, elaborar planes y estrategias de acción, formular metas, planificar objetivos y ser flexibles para adaptarnos a situaciones novedosas. 

Los niños TGD sin retraso cognitivo o mental, presentan dificultades en los procesos ejecutivos sobre todo en el control de la atención consciente y en la toma de decisiones. En términos generales estos niños presentan también las siguientes características neuropsicológicas:

  • Dificultades en la atención selectiva, para discriminar entre los estímulos relevantes de los distractores.
  • Dificultades en el razonamiento e inteligencia fluida. Esto les dificulta hacer planes, anticipar respuestas, medir las consecuencias de su conducta o dirigir su conducta hacia una meta.
  • Falta de flexibilidad cognitiva para ser capaces de adaptarse a situaciones nuevas, cambios de actividad o juego, personas desconocidas.
  • Capacidad de inhibición deficitaria. Dificultades para emitir una respuesta congruente con la demanda del contexto o no emitirla si no es adecuada en esa situación.
  • Dificultades en el funcionamiento de la memoria de trabajo. Integrar información nueva para consolidar y crear nuevos aprendizajes.
  • Autorregulación conductual y emocional. Dificultad en el reconocimiento y la expresión de los estados de ánimo, reacciones explosivas o desproporcionadas ante la frustración.