5 Marzo 2021

¿Por qué es fundamental fomentar la autonomía del niño?

La autonomía es la base del aprendizaje y del desarrollo de una buena autoestima. Decimos que un niño es autónomo cuando es capaz de realizar por si solo aquellas tareas propias de su edad y del entorno sociocultural. Para que un niño realice ciertas tareas, lo primero es asegurarnos que cumple con los prerrequisitos necesarios para un buen desempeño. Además, debemos dejarle claro qué esperamos de él, cuáles serán las consecuencias de realizar dichas tareas y cuáles las de no hacerlas.

¡NIÑOS AUTÓNOMOS, NIÑOS FELICES!

Trabajar autonomía tiene infinitas ventajas para los niños (y también para los papás), ya que hace que los peques se sientan más seguros de sí mismos, aumentando su sensación de autoeficacia (confianza en la propia capacidad para lograr determinados objetivos), lo que repercute positivamente en su autoestima y autoconcepto.

En contraposición,  los niños dependientes, que necesitan la supervisión del adulto para la realización de distintas tareas (aseo, deberes, etc.), muestran poca iniciativa, inseguridad, baja autoestima y  tendencia a presentar dificultades socioemocionales.

En ocasiones, somos los adultos quienes sumidos en el ritmo vertiginoso del día a día, nos quejamos de que nuestros pequeños “no nos ayudan” pero realmente, ¿les estamos dando el tiempo que necesitan? ¿Les dejamos fallar para aprender a hacer las cosas? La primera norma para el entrenamiento en autonomía es “LAS PRISAS NO SON BUENAS”. Como siempre explicamos a los papás que llegan a nuestro centro, que es esencial tener altas dosis de paciencia y cariño, ¿acaso no es normal fallar las primeras veces que hacemos algo nuevo? El niño debe experimentar por sí mismo y el hecho de equivocarse forma parte natural del aprendizaje.

Muchas veces el problema no es la falta de interés o motivación por parte del niño, sino más bien somos los adultos quienes no les damos el tiempo que necesitan para tomar decisiones (recordemos que su cerebro aún está en desarrollo y su capacidad para elegir no es del todo madura) o no les permitimos realizar sus tareas, porque “tardo menos si lo hago yo”. Por ello, los fines de semana y los periodos vacacionales son los mejores momentos para instaurar nuevos hábitos, puesto que disponemos de más tiempo en familia para servir de modelo al niño y dar feedback de cómo realiza aquello que se le pide.

 

EN RESUMEN.

  1. Planifica las tareas que quieres que realice tu hijo. Comenzando con una o dos tareas sencillas y aumentando la cantidad y dificultad de las mismas poco a poco.
  2. Explícale de forma clara qué esperas de él. Qué obtendrá si lo hace y cuáles serán las consecuencias si no lo hace.
  3. Haz de modelo para que vea cómo tiene que hacerlo.
  4. Al principio, trata de buscar momentos donde podáis invertir tiempo para que el niño practique hasta que lo consigue.
  5. Refuérzalo cuando consiga hacerlo (“lo has hecho genial”, “estoy súper content@ de que seas tan responsable”,…). También es fundamental que lo refuerces cuando lo intente, aunque no lo consiga (“se nota que te has esforzado un montón, estoy segur@ de que la próxima vez lo conseguirás”, “no te preocupes porque hoy no haya salido, con ese empeño pronto lo lograrás”, “equivocarse es la mejor manera de aprender”, etc.)
  6. Planifica refuerzos demorados que ayuden a mantener la motivación del niño en el tiempo (“cuando consigas hacerlo durante una semana completa, iremos al parque que está lejos de casa que tanto te gusta”, “si sigues haciéndolo así de bien este fin de semana podrás ser tú quien elija la película que veamos el sábado por la noche”, etc.)

 

Delgado, J. (2021). Etapa Infantil: tabla de tareas del hogar para niños según la edad. https://www.etapainfantil.com/wp-content/uploads/2017/01/Tabla-tareas-hogar-ni%C3%B1os.png